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6 Tips para la Boda Perfecta ¡Sí, quiero!

Sí, quiero…¡una boda perfecta!

 

De esas que se preparan con amor, cuidando cada detalle para personalizarla al máximo. De esas bodas que se celebran pensando, sobre todo, en los invitados para que se sientan especiales. De esas bodas que se recuerdan con una sonrisa, con un cosquilleo en el estómago y después con cierta nostalgia porque ya ha pasado. ¿Cómo la preparamos, qué detalles tuvimos con los invitados?

En “Mimos de Trufa” encontramos respuesta a muchos de nuestros deseos. Os lo cuento en este artículo. ¿Me acompañas a recordar nuestra boda a través de estos consejos?

6 Consejos para organizar una boda perfecta

1. Las invitaciones de boda

Son la casilla de inicio del tablero, de este juego tan apasionante, así que sorprende a tus invitados. Hazla tuya. Escoge, por ejemplo, algo que os una y personaliza tu invitación. En el link verás que hay tarjetas de embarque por si alguno de vosotros trabaja en una aerolínea o hasta un globo para que vuestros invitados participen pinchándolo y descubriendo que ¡se van de boda!

Ver modelos de invitaciones de boda

2. Los Sellos Boda

Queríamos las invitaciones llevaran nuestro “sello” y nunca mejor dicho, así que encargamos un sello personalizado para estampar en los sobres. Podéis escoger el modelo, hay un montón, y hasta personalizarlo según vuestros oficios, aficiones… Además ese sello nos sirvió para personalizar otros detalles que os cuento más abajo en el artículo. Os dejo el link para que le echéis un vistazo.

Kit Sellos peronalizados con más de 70 modelos

3. Los Regalos para testigos

¿Cómo hacer especial el momento de pedir a nuestros amigos que fueran testigos de nuestra boda? Nosotros se lo pedimos de una forma original. Al abrir la cajita descubrieron dos sorpresas. Si queréis ver cuáles fueron,

Regalo para testigos de boda

4. La Decoración de la boda

Nos casamos en Agosto, imaginad el calor, así que encargamos pai pais personalizados (con nuestros nombres, nuestra fecha). Los invitados lo agradecieron enormemente porque estábamos a más de 30 grados.

Sabíamos que nuestra gente podría llorar (eso sí solo de felicidad) así que mejor prevenir que estropear el maquillaje 😉 Os dejamos con estas Lágimas de la Felicidad.

También compramos globos de MR&MS para lanzar al aire cuando nos dimos el “Sí, quiero!, cucuruchos de papel para el arroz donde estampamos los sellos que utilizamos para los sobres de las invitaciones, cañones de confeti para nuestra salida y hasta un libro de firmas original.

5. Las Chapas Personalizadas

¡Fue todo un acierto! Escogimos chapas personalizadas para cada uno de nuestros invitados. Las dejamos en cada plato y cuando se sentaron a la mesa se llevaron una sorpresa. Para el ligón, para la reina de Instagram, para el fotógrafo oficial, para que el que va a cerrar la barra libre… Hay miles de chapas, tantas como invitados tengáis.

Se trata de escoger cuál le viene mejor a cada uno y triunfaréis seguro. ¡Los nuestros no se las sacaron en toda la boda!

También podéis personalizarlas con vuestros nombres y fecha del enlace. Entre 100 frases para elegir.

6. Los Detalles para los invitados

Los “pongo” ya han pasado a la historia. Como ocurre con las chapas hay tantas como detalles para bodas. Descubrid en este link el que mejor os encaje para vuestra boda.
Aquí también encontraréis propuestas originales para entregar los novios, para aquellos que serán los siguientes en casarse… Nosotros escogimos esta cajita que personalizamos con los próximos en darse el ¡Sí quiero!

Y antes de que acabara la boda queríamos agradecer de una forma muy dulce a nuestros invitados que nos hubieran acompañado ese día. Así que les entregamos una piruleta agradecimiento con una tarjeta personalizada, con un mensaje que queríamos compartir con ellos.

Porque, sin lugar a dudas, ellos fueron el alma de nuestra boda. Rieron, lloraron, bailaron de alegría y hoy, un año después, la siguen recordando con mucha ilusión. Por eso SÍ, os puedo asegurar, que la nuestra fue una boda perfecta. Y la tuya también lo será.
Sí, quiero. Nunca dos palabras dieron tanto de qué hablar.

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